Una vez apagadas las "luces" de la carrera de 10 km del domingo, que se llamó del "1100 Aniversario del Reino de León", Jesús Rodriguez nos envía unas líneas referentes a las carreras populares, que ilustramos con la fotografía de uno de los equipos más numerosos que participaron el domingo: El Nuevo recreo Industrial que cumple cien años. Gracias, Jesús.
¿DE COBARDES?
Es curioso como pueden cambiar los gustos con los años y lo que antes era un auténtico castigo ahora se convierte en todo un balón de oxígeno. Recuerdo en la época de juvenil cuando empezaba la pretemporada y durante dos semanas no nos dejaban tocar balón, todo era carrera continua, cambios de ritmo….vamos más propio de marines con el escudo “USA” que de aprendices de futbolistas.
Me viene este recuerdo al pensar lo que sufría cuando salíamos una hora a correr, también me ocurría en el colegio. Siempre la asignatura de educación física junto a alguna materia de ciencias eran la del aprobado raspado al final del trimestre.
Sin embargo, todo cambia y hace algo más de un año empecé a correr por probar y por qué no decirlo al ver como algunas barrigas cerveceras se convertían en cuerpos más “sanos”. La fiebre del running es contagiosa y es una “pasada” salir actualmente por las márgenes del Bernesga o por La Granja y la Candamia y encontrarte con decenas de personas ataviadas con sus mallas y sus cronómetros. Aquí está la única parte negativa del asunto: obsesionarse con bajar de marca, entrenar todos los días y apuntarse a un sinfín de carreras. Yo tengo claro que correr es para disfrutar y no para sufrir.
Algunos nos ven como seres extraños, pero no hay mejor manera de huir del estrés y de los problemas que con una carrerita. Está comprobado que la segregación de endorfinas no solo genera una agradable sensación de bienestar sino que además te ayuda a concentrarte mejor y tener una mayor rapidez mental. Por supuesto hay quien todavía sostiene que eso de vestirse con ropa apretada de color fosforito, sudar y poner a prueba a nuestro corazón carece de sentido. Todas las opiniones son respetables, pero para mi la tortura sería pasarme una tarde de chupitos, baraja y olor a tabaco en un bar. Qué cosas!!!
Es curioso como pueden cambiar los gustos con los años y lo que antes era un auténtico castigo ahora se convierte en todo un balón de oxígeno. Recuerdo en la época de juvenil cuando empezaba la pretemporada y durante dos semanas no nos dejaban tocar balón, todo era carrera continua, cambios de ritmo….vamos más propio de marines con el escudo “USA” que de aprendices de futbolistas.
Me viene este recuerdo al pensar lo que sufría cuando salíamos una hora a correr, también me ocurría en el colegio. Siempre la asignatura de educación física junto a alguna materia de ciencias eran la del aprobado raspado al final del trimestre.
Sin embargo, todo cambia y hace algo más de un año empecé a correr por probar y por qué no decirlo al ver como algunas barrigas cerveceras se convertían en cuerpos más “sanos”. La fiebre del running es contagiosa y es una “pasada” salir actualmente por las márgenes del Bernesga o por La Granja y la Candamia y encontrarte con decenas de personas ataviadas con sus mallas y sus cronómetros. Aquí está la única parte negativa del asunto: obsesionarse con bajar de marca, entrenar todos los días y apuntarse a un sinfín de carreras. Yo tengo claro que correr es para disfrutar y no para sufrir.
Algunos nos ven como seres extraños, pero no hay mejor manera de huir del estrés y de los problemas que con una carrerita. Está comprobado que la segregación de endorfinas no solo genera una agradable sensación de bienestar sino que además te ayuda a concentrarte mejor y tener una mayor rapidez mental. Por supuesto hay quien todavía sostiene que eso de vestirse con ropa apretada de color fosforito, sudar y poner a prueba a nuestro corazón carece de sentido. Todas las opiniones son respetables, pero para mi la tortura sería pasarme una tarde de chupitos, baraja y olor a tabaco en un bar. Qué cosas!!!
A mi que me parecía una proeza correr quince minutos sin arrastrarme por el suelo hace un par de años ahora sueño con entrar en Central Park algún día y ser uno de esos miles de seres anónimos que al menos una vez en la vida corren la Maratón de Nueva York con sus más de 42 kilómetros. Yo nunca he corrido más de 21 Km. seguidos.
Desde aquí hay que aplaudir la gran organización de la carrera de 10 kilómetros Ciudad de León. Bonita cifra en la fecha del 10-10-10 y toda una experiencia tomar por un día la ciudad junto a otros 1.200 participantes. Un lujo llegar a la Catedral y completar mi cuarta carrera tras las medias maratones de León y Benavides y el 10.000 de Astorga, pero sobretodo recibir el regalo de coger a mi pequeño de cuatro meses en brazos tras cruzar la meta.
Hoy escribo desde el sofá, pero mañana volveré a calzarme las Mizuno para pisar las hojas de los luminosos otoños que se dibujan en esta ciudad en el parque de la Granja. Si baja el termómetro y llueve….pondré el chubasquero y que los del bar me sigan esperando. Soy demasiado cobarde para ponerme a echar un julepe.
5 comentarios:
Amén!!
Jeje
Un abrazo a todos!
Me uno al comentario, es mi realidad tambien.
Bien dicho y bien escrito. Muy bien Jesus, totalmente de acuerdo.
Excelente crónica
¡¡¡Jesús!!! estoy totalmente de acuerdo en tu forma de pensar.
A seguir disfrutando!!!
Un saludo!!!
Gran artículo, no hay nada que añadir. Hay algunos que estamos más metidos en arina y hacemos de este hobby una forma de vivir y de viajar. Si lo piensas friamente, bajo el tamiz que los años sobre el asfalto me proporcionan, los corredores, cuando entrenamos con un grupo de personas no nos damos cuenta que con el tiempo nuestras amistades o nuestra vida social tb gira en torno al atletismo porque ¿Con quien pasamos más tiempo, alegrias y penurias a lo largo de los años que con nuestros compañeros de rodajes y entrenamientos?
Un saludo
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