Emilio Blanco que ya ha colaborado con nosotros con el articulo
Deporte y alimentacion, nos envia un interesante articulo sobre
Alimentación y ejercicio físico que publicaremos en dos entregas (la de hoy y la de mañana domingo).
"Probablemente, toda persona, esté
capacitada para realizar algún tipo de actividad física, pero no todo el mundo
está preparado para la práctica de un deporte. En ambos casos es imprescindible
asesoramiento y entrenamiento para adaptar el ejercicio o deporte a nuestra
situación personal; por consiguiente, tanto el asesoramiento como el
entrenamiento ha de ser individualizado.
Es evidente que si realizamos ejercicio o
practicamos deporte en esas condiciones, el beneficio es indudable ( pérdida de
peso, aumento de la sensibilidad a la insulina, activación del sistema
autoinmune, oxidación de las grasas, aumento de la producción de energía
aeróbica y anaeróbica, mejoría del perfil lipídico, aumento masa muscular, aumento
síntesis de glucógeno, mayor tolerancia al lactato, etc.).
Si el ejercicio no es el adecuado o el
entrenamiento es excesivo, los beneficios desaparecen y si además, la
alimentación, no es la apropiada, tanto el ejercicio como la práctica de un
deporte, pueden comprometer nuestra salud.
Para la práctica de un deporte o
ejercicio que implique un alto nivel de exigencia se hace imprescindible la
realización de una prueba de esfuerzo a fin de determinar limitaciones o
posibles patologías ocultas.
Una vez decidida la idoneidad de un
deporte o ejercicio, se implementarán unas pautas dietéticas encaminadas a
disfrutar de todos los beneficios anteriormente descritos.
También es cierto que hay quien utiliza
el ejercicio o deporte, simplemente, para poder aumentar la ingesta de
alimentos; no se busca un beneficio en concreto, se persigue satisfacer un
instinto básico: “comer”. Si después se sabe lo que se come, no tiene por que
resultar tan descabellado.
¿Qué ocurre cuando realizamos ejercicio o
practicamos deporte?.
Pues que se consume energía; esta se
consume en forma de ATP (adenosintrifosfato) y se obtiene a través de la
glucosa, grasa y en menor medida de las proteínas. La energía “inmediata”, nos
la proporciona la glucosa, para la energía de ejercicio o deporte de
resistencia, independientemente de la intensidad, utilizamos los triglicéridos
(grasas).
La obtención de este “exceso” de energía
implica: aumento de la oxidación celular, aumento de radicales libres y sobre
todo “acidificación”, es decir, disminución del PH.
El aumento de radicales libres hace que
se active el sistema autoinmune y aumente la producción de antioxidantes, por
lo tanto, resulta contraproducente la toma indiscriminada de suplementos
vitamínicos y minerales después de la realización de ejercicio o deporte. Estos
sólo deberán consumirse bajo prescripción de profesionales de la salud.
La acidificación viene producida por la
hidrólisis de moléculas con alto contenido en cloro, fósforo, azufre y
nitrógeno (grasas y proteínas) presentes en: carnes, lácteos, pescados, huevos,
algunas legumbres y algunos frutos secos.
Es importante restablecer el equilibrio
electrolítico cuanto antes para evitar la temible “acidosis metabólica” ( ácido
carbónico, ácidos grasos, ácido úrico) producto del estrés oxidativo causado
por el aumento de actividad física. Nuestros filtros naturales (piel, riñones,
hígado y pulmones) pueden no ser capaces de eliminar ese exceso de ácido y
comprometer nuestra salud por algo que sólo debía procurarnos beneficios.
La alimentación se convierte en pieza
clave para conseguir que la práctica de un deporte o la realización de
ejercicio físico nos proporcione los beneficios a los que se ha aludido."