Maria a la que muchos conocereis por las carreras, iba a realizar un reto relacionado con el running. Una inoportuna lesión se lo ha impedido, pero el año que viene lo volverá a intentar y seguro que lo consigue, he aqui su crónica. ¡que te recuperes lo antes posible, Maria!
Mi nombre es María Perrino, y soy, antes de nada,
deportista; luego ya, si eso, licenciada en CCAFD, doctoranda en la ULE,
monitora de actividades dirigidas y sala fitness en +Fit León (Body Factory),
boxeadora y en fin, una adicta a la vida activa, que es lo que me da la energía
suficiente para poder llevar a cabo todos mis proyectos y retos.
Aunque he practicado multitud de disciplinas, siempre tuve
atracción por los deportes individuales, que llevaban mi motivación y capacidad
de sufrimiento y superación hasta límites insospechados… rayando la locura,
como diría mi madre…Judo, atletismo, baloncesto, fútbol sala, tenis de mesa,
gimnasia aeróbica y ahora, boxeo. En todos ellos compitiendo, por que ahí es
donde yo le veo la gracia y la motivación real. He hecho otras actividades,
como la escalada, crossfit, balonmano, pero si no compito…no lo vivo al 100%.
El deporte siempre ha formado parte de mí, pero en concreto,
el atletismo ha sido mi compañero de viaje durante casi todas las etapas de mi
vida. Empecé a competir en campo a través, gracias a mi profesor de educación
física del colegio, Florencio, quien es el culpable de que hoy esté describiéndome
así ante vosotros… Competí desde los ocho años hasta los 21 a nivel federado,
campeonatos regionales, nacionales, y todo tipo de carreras que tenía la
oportunidad, desde mi colegio al principio, el gran Amapolas, cuna de atletas y
deportistas salmantinos. Y más tarde, en el Atlético Salamanca, a las órdenes
del gran Miguel A. Rivero, toda una eminencia en este deporte de “pirados
sufridores”. Y también mi última etapa aquí en León, bajo el cuidado de
Villacorta, otro fenómeno, con quien obtuve muy buenos resultados aún.
Recuerdo que era muy niña, pero me lo tomaba muy en serio,
demasiado, quizás… lo cual me llevó a pasar épocas no tan buenas, no tan
bonitas, incluso a llegar a aborrecer la competición. Lesiones, nervios, mal
humor, mesetas de estancamiento, la no correspondencia entre los entrenos y las
competiciones… todo ello hizo mella en una adolescente que acabó por cambiar
las zapatillas por otros implementos al llegar al INEF de León. Pero tras unos
años, volví a dejarme engatusar por el halo del correr. El correr por placer.
El disfrutar corriendo. El evadirme dando zancadas. El no querer parar. El no
saber bien dónde está el límite. El sentirte libre y feliz a cada paso. Habrá
épocas en las que yo esté mejor o peor, física y mentalmente, pero el atletismo
siempre aparece por un lado u otro, para ayudarme y para hacerme volver a
vibrar. Digamos que lo necesito, igual que el comer o el dormir. SEROTONINA, lo
llaman. Sencillamente, es uno de los motores de mi existencia, y hacia él he
orientado mi vida académica, de ocio, laboral… Hoy por hoy disfruto de verdad
con cada carrera popular que puedo hacer, y me sirve de gran ayuda para mi
competición actual como boxeadora, mi gran pasión en esta etapa de mi vida,
donde es el complemento ideal para mi fondo físico y para desarrollar una
capacidad de sufrimiento de obligada necesidad para un boxeador.
Me ayuda, me
gusta, me apasiona.