Hasta hace poco más de dos años la imagen que tenía del running me llevaba de forma inevitable a las etsampas que llegan a través del cine y la televisión de lugares míticos como Central Park en Nueva York. Realmente el boom de gentes de todas las edades con mallas y camisetas de colorines por las márgenes del Bernesga, por La Candamia o por los alrededores del coto escolar es relativamente reciente. Reconozo que nunca me gustó nada eso de correr. En la época del instituto lo pasaba mal en la famosa prueba del kilómetro y en toda mi etapa como futbolista federado tenía pánico a la época de pretemporada cuando había que hacer carrera continua para ganar fondo físico para toda la temporada. De hecho,desde niño empecé a jugar de portero por dos cosas: porque mi ídolo era Arconada y porque me iba más eso de lanzarme al césped que acelerar y frenar por la banda.
En 2009 ,sin embargo ,me picó el gusanillo de ponerme las zapatillas por buscar una forma sencilla de hacer deporte, mantener un buen tono físico y no recibir los golpes propios de otras disciplinas. Además en esta faceta aunque también es positivo entrenar con otra persona o en grupo puedes hacerlo en solitario en casos como el mío sin un horario laboral fijo y con la lógica necesidad de compaginarlo con la vida familiar. Fue entonces cuando entré en contacto con entrenadores como Villacorta o Torralba que me descubrieron los primeros secretos a la hora de iniciarse en algo que era completamente nuevo para mi. Cómo elegir zapatillas, qué ropa llevar, cómo hay que alternar al principio la caminata y el trote suave, cómo estirar, qué son las series, para qué sirven las cuestas o cómo no basta con correr para mejorar. Son conceptos que fui asimilando al tiempo que decidí crear un espacio semanal en la 8 de Castilla y León Televisión para dedicar un hueco a esta “fiebre” que se ha desatado en León. El que fuera record de España de Maraton, Rodrigo Gavela y en la actualidad entrenadores como Roberto García Ferreras y Miguel Angel Rabanal o mis compañeros del Recreo Running me siguen brindando una colaboración imprescindible para mejorar en un deporte en el que hay excesiva información a través de Internet y en la que conviene seleccionar. Cada corredor es un mundo y lo que es recomendable para uno puede no serlo para otro. En estos últimos tres años he podido disfrutar del gran ambiente que se vive en las carreras, aquí no hay competencia como en otros deportes y disfrutan tanto los rápidos como lo hacemos los más lentos. Me he puesto el dorsal en tres medias maratones, media docena de carreras de 10km, algún cross y hasta la dura subida a Dragonte. Con este equipaje en mi modesta mochila de corredor he sacado muchas conclusiones. En el lado más positivo encuentro cómo el running entra a formar parte de tu vida y lo llegas a necesitar por lo bien que te sientes, supongo que las famosas endorfinas tienen la culpa. Entre zancada y zanzada vas reflexionado acerca de todas las cosas que te preocupan en la vida, sientes la caricia del viento en tu rostro o te quedas embelesado con esas tonalidades que dibuja el otoño con las ojas caídas que se situan bajo tus pies como una maravillosa alfombra. Bajo el puente de San Marcos se oyen las notas de un acordeón que te traslada a la ciudad de París o admiras la silueta de una familia de patos perfectamente alineados por las aguas del Bernesga mientras un cachorro de perro labrador juguetea en el carril bici. No he encontrado ninguna forma mejor de salir de la vorágine del trabajo diario de periodista que trotando un rato por algún rincón del entorno de Eras de Renueva, el Monte San Isidro o La Candamia. Para esta afición la capital leonesa es sin duda una urbe privilegiada.
Y he dejado para el final la parte negativa con la que hay que tener precaución. Este es un deporte en el que se mejora muy rápido al principio pero en el que es fácil estancarse y peligroso obsesionarse con bajar las marcas. Si no se combina con trabajo de fuerza en el gimnasio las piernas se resienten y más cuando ya no eres un joven de veinte años. En este tiempo las molestias, tendinitis y sobrecargas han sido inevitables y tampoco hay que abusar. El running es un complemento a mi vida pero no puedo vivir para el running. Hay planes de entrenamiento con solo uno o dos días de descanso y me parece una barbaridad. Sé que podría hacerlo mejor pero ya he llegado al capítulo en el que prefiero correr para disfrutar aunque no recorte mis modestas marcas. También es verdad que en el fondo yo también tengo curiosidad por saber hasta donde llegaría mi margen de mejora, pero he decidido poner el freno para no sufrir secuelas en mis articulaciones. Prefiero desconectar de los problemas cotidianos con un trote tranquilo a sufrir haciendo series. Es mi elección y sé que así no bajaré mis registros pero no mi importa porque quiero correr muchos años, no tener problemas de salud y sentir siempre las ganas de imaginarme como sería correr algún día por Central Park.
2 comentarios:
Me ha encantado. Sobretodo lo de correr para disfrutar.
También me quedo con tu última reflexión, quizás por ser la misma filosofía que yo procuro trasladar a esto del correr.
Un saludo.
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